Como siempre decimos, el amor es más fácil desde la comprensión de uno mismo y del otro miembro de la pareja. Conocernos bien, nos permite entendernos y aceptarnos; solamente desde el estar bien se pueden tener relaciones positivas y nutrientes. Además, cuando nos conocemos, es mucho más fácil comprender y entender al otr@. Solamente así podremos aceptarl@ y aprender a quererl@ tal y como es. El amor con conocimiento, acaba siendo un amor consciente. No hay mejor regalo que le podamos hacer al otr@, como a nosotros mismos, que dejarl@ ser como es, sin intentar cambiar ni modificar nada. Dejando que el otro sea exactamente como es, el amor se orienta hacia el presente, no nos ata ni al pasado, ni nos proyecta hacia el futuro; es una forma sabia de vivir el momento presente. Esa es posiblemente una relación ideal entre dos personas que produce bienestar y satisfacción.

Conocerse es básico para saber lo que queremos, pero también lo que no queremos, y así evitar caer en relaciones negativas. Como expertos en autoconocimiento, entendemos que inconscientemente nos atrae aquello que no tenemos. Si somos más introvertidos puede que nos llame más la atención una pareja extrovertida, y viceversa, si somos más expansivos y vitales, nos atraerá alguien más calmado y reflexivo.

Vemos muchas parejas formadas por personalidades muy diferentes: personas cerebrales que conviven con personas más emocionales, personas más activas con personas más pasivas, personas más racionales con personas más creativas, y así un largo etcétera; al final no podemos obviar que todos somos diferentes.

Ello es debido a la atracción inconsciente que ejerce la parte más reprimida de nuestra personalidad, porque como ya comentábamos, habitualmente deseamos lo que no tenemos. Cuando esto ocurre, en un inicio, puede parecer que seamos complementarios, pero con el paso del tiempo es cuando las diferencias afloran y hay que saber reconocerlas, detectarlas e integrarlas. Un buen conocimiento propio, es sin duda la base para poder superar e integrar las diferencias entre ambos miembros de una pareja.

“Cada pareja es un mundo” ¿Quién no ha oído esta frase alguna vez?  ¡Cada pareja es un mundo, porque cada persona es única y diferente!  Por lo tanto, es muy importante detectar antes de estar en pareja quién soy yo. Si ya tenemos pareja, será necesario entender cuáles son las bases sobre las que hemos construido la misma, o sea qué tipo de relación tenemos con la otra persona, si es una relación de amor, de necesidad, de compromiso, de protección, y especialmente si es una relación complementaria o antagónica.

A menudo, y de forma inconsciente, esperamos que nuestra pareja nos haga felices.  Una buena pareja nos proporcionará felicidad, alegría, seguridad, nos dará cariño, pero, no tiene el poder de hacernos felices. Cuanto antes lo entendamos, antes podremos establecer una relación sana y positiva.  Nuestra pareja nunca tiene la potestad de hacernos felices, ni tampoco infelices, ésta es una capacidad, que afortunadamente, solamente tenemos cada uno de nosotros, es individual e intransferible.

El amor de pareja es un viaje apasionante, pero habremos de aprender a amar al otro de forma consciente, entendiendo en cualquier caso que el amor nunca duele, y si duele no es amor.